"Not wind but pentecostal fire" T.S Eliot
Viene con retraso esta entrada en cuanto a su escritura, no en cuanto al hecho que la origina, una llamada de mi hija desde Londres para pedirme el capítulo segundo de los Hechos de los Apóstoles, versos 1 a 4, para una lectura multilingüe en un colegio aconfesional. Encontré en la red los versos, y el sentido de la celebración el día antes de Pentecostés. Hoy los paso a este cuaderno
Según la Wikipedia, "http://es.wikipedia.org/wiki/Pentecost%C3%A9s"
Pentecostés viene del griego pentekosté (heméra), que significa el quincuagésimo día, porque se refiere a la fiesta que se celebra en esa precisa fecha después de Pascua, siete semanas y un día. En ella se celebra la venida del Espíritu Santo y el comienzo de la actividad evangelizadora de los Apóstoles. En la liturgia católica es la fiesta más importante después de Pascua y Navidad, no en vano se le atribuyen al Espíritu Santo cualidades carismáticas (milagrosas): ofrece valentía y libertad, facilita la comprensión (glosolalia o don de hablar lenguas) y fortifica la creación de una comunidad universal. Con Pentecostés termina el tiempo pascual de los cincuenta días, también denominado "tiempo de la amistad".
Pentecostés, cincuenta días, en el Antiguo Testamento, celebraba el final de las siete semanas que pasa el pueblo de Israel en el desierto del Mar Rojo, al final de las cuales, al día siguiente de las cuales, se le aparece Dios a Moisés y, en señal del pacto con su pueblo, le entrega las Tablas de la Ley, los Diez Mandamientos. Este otro Pentecostés explica la otra fiesta de los cincuenta días, la fiesta judía del Shavuot
El Pentecostés inspira el segundo movimiento cristiano protestante más grande del mundo, el Pentecostalismo, que cuenta con más de 570 millones de seguidores.El lunes de Pentecostés es dia de fiesta en Alemania, Austria, Francia, Liechtenstein, Islandia, Noruega, Bélgica, Suiza y los Países Bajos.
Estos son los versos del Nuevo Testamento, de los Hechos de los Apóstoles.
Capítulo 2: Hechos 2
1 Al llegar el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en un mismo lugar.
2 De repente vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento impetuoso, que llenó toda la casa en la que se encontraban.
3 Se les aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y se posaron sobre cada uno de ellos;
4 quedaron todos llenos del Espíritu Santo y se pusieron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía expresarse.
miscuitas 
Querido miscuitas. Resulta que leyendo en tu blog los versos sobre el día de Pentecostés ahí donde señaln que "vino del cielo un ruido como el de una ráfaga de viento", me dije: "¡Anda, pues tenía para mi desde pequeño que lo que había sonado era un trueno! (seguramente por haberlo batido con el Viernes Santo en que a la muerte de Cristo se rasgó el velo del templo y debió de sonar, entonces sí, un trueno), e inmeditamente de decírmelo, ¡cosas del espíritu y de las ráfagas de literatura!, este Navegante del Palomar, se acordó del cuento de Ray Bradbury El ruido de un trueno, con el que había topado andando ocioso por Internet en la página de Luis López Nieves "ciudad seva". Y bien largo lo estoy refiriendo cuando precisamente quería indicarte sólo que en "ciudad seva", en el capítulo "Historia y teoría del cuento" hay una antología de la brevedad: el relato liliputiense, el microrrelato, la microficción, el cuento ultracorto. Vale. Échale un pentavistazo.
Tu tienes mucho cuento, navegante, yo todavía no sé si eres alcalde